Los cambios fisiológicos en el Embarazo ya que este es un periodo donde se incrementan notablemente las necesidades nutritivas. Dicho incremento se debe primeramente por las demandas requeridas para el crecimiento y desarrollo del feto, y por el otro para la formación correcta de nuevas estructuras maternas que son necesarias para la gestación (que son la placenta, glándulas mamarias, útero, sangre), así como para la construcción de depósitos de energía, que aseguren las demandas calóricas que van a manifestarse durante la lactación. Esta nueva etapa en la vida de muchas mujeres implican unos cambios fisiológicos en su organismo, que definirán en parte los cambios en el estado físico y el anímico.
Entre los cambios físicos, podremos encontrar el retiro de la menstruación, en donde se ganará peso, también como el aumento del tamaño de los senos y del útero (ya que este debe alojar al feto, la placenta y el líquido amniótico) también se manifestaran mareos, somnolencia, fatiga, aumento en la frecuencia de las micciones; y los cambios psicológicos se verán muy frecuente sobre todo en el primer embarazo estados depresivos (que pueden llevar al llanto fácil) y la irascibilidad.
Dichos cambios son consecuencia de la acción de las hormonas que van en aumento durante el embarazo. Estas segregan distintas cantidades muy importantes de estrógeno, progesterona, lactógeno placentario humano o gonadotropina coriónica, entre distintas otras.
Ganancia de peso:
Es recomendable que la mujer tenga el peso adecuado antes del embarazo, puesto que durante la gestación será normal que engorde de 9 a 12 Kg: que va desde 1,5 a 1,8 Kg durante el primer trimestre de embarazo; unos 3,5 Kg que vendran luego en el segundo y el resto en el tercero siendo asi unos 0,4 Kg/semana. Este incremento de peso se debe al crecimiento del feto de entre unos 3 – 3,5 kg, la placenta de 0,7 kg, líquido amniótico de unos 0,9 kg, aumento del útero que son 0,9 kg aproximadamente, aumento de las mamas 0,7 kg adicionales, aumento del volumen de sangre de unos 1,8 kg, tejido adiposo o grasa materna que equivalen al 3,5 kg aproximadamente. En las primeras semanas, a veces incluso se adelgaza un poco de entre 1-2 kilos siendo consecuencia de los problemas digestivos, nauseas y vómitos que se manifiestan. No debe ser un motivo de preocupación porque dicha perdida se recuperará a durante la semana.
Tenemos que tener en cuenta que es más difícil tener un control en el aumento de peso en fases más avanzadas en el embarazo, por lo que es necesario no concentrar el incremento del peso total durante estos primeros meses. Habrá ocasiones que la simple retención de líquidos provoca este aumento de peso, que se perderá a la semana siguiente del parto. No obstante, los pesos máximos recomendados y compatibles con embarazos y partos normales pueden variar, y hay que dejarse guiar por las orientaciones de los profesionales sanitarios que ven la evolución del embarazo.
Adaptaciones del metabolismo:
El organismo de la mujer en proceso de gestación desarrolla un mecanismo compensador que se orienta al aumento del peso inicial hacia la reserva de grasa que la mujer utilizará cuando se vea aumentada la demanda energética del feto a medida que sigue el embarazo. Esto es posible porque a los primeros meses de embarazo se reduce el metabolismo basal (Es una energía que consume el organismo en situaciones de reposo, teniendo como fin de llevar a cabo las funciones importantes que son: el bombeo de sangre, el correcto funcionamiento de los distintos órganos y mantenimiento de la temperatura corporal…).
Hay ocasiones en las que se altera la tolerancia a la glucosa produciéndose lo que se llama una diabetes gestacional. La hormona placentaria que aparece a medida que avanza el embarazo tiende a subir la glucemia. Este tiende a producirse en el 2-3 % de los casos, aparecen en embarazadas con antecedentes de diabetes y en mujeres obesas. Al haber un flujo de glucosa que pasa al feto a través de la placenta, se incita la secreción de insulina fetal que es un factor importante en el crecimiento. Los niños de estas madres, si no han mantenido un control adecuado de la glucemia, son macrosómicos en el momento de nacer, esto quiere decir que su peso es mayor de 4 Kg.
El sistema cardiovascular se verá afectada durante el embarazo, ya que aumentara la frecuencia y el gasto cardíacos disminuyendo la tensión arterial, se vera especialmente durante los primeros dos trimestres. Luego de ello se normaliza en el tercer trimestre.
Los cambios del metabolismo de calcio facilitan la movilización de éste para que de lugar a la formación del esqueleto fetal. Por acción de ciertas hormonas, se absorbe una mayor cantidad de calcio en el tracto gastrointestinal y baja su eliminación.
Aumento en el volumen de sangre
Lo que da origen a una disminución en las concentraciones de hemoglobina dando como consecuencia una anemia fisiológica de la gestante, la cual no podemos confundir con anemia por deficiencia de hierro, siendo muy recurrente durante el embarazo. El riesgo de esta anemia se presenta al final del embarazo y durante el parto en la que hay pérdida de sangre y su recuperación es más lenta.
Disminuye la movilidad gastrointestinal:
Los problemas gastrointestinales tienen a aparecer casi al comienzo de la gestación y se debe en gran parte al incremento de la hormona progesterona. Esto relaja el músculo del útero para así permitir su expansión por el crecimiento del feto y su vez disminuye la movilidad gastrointestinal, para permitir una correcta absorción de los nutrientes. Normalmente esto causa estreñimiento. Así mismo, como la relajación del cardias (esfínter que une el esófago con el estómago) que desencadena regurgitaciones y acidez o pirosis, síntomas que son comunes en las embarazadas.